BÀSQUET

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dilluns, 31 d’octubre del 2011

S.O.S (Baloncesto de formación)

Tenemos un problema en el baloncesto de formación. No todos tienen en cuenta que es el campo del que tendremos que obtener el producto con que llenar los cestos de fruta fresca, porqué si así fuera  entenderíamos que vale la pena dirigir esfuerzos hacia los más pequeños. Incluso hacia los que no lo son tanto. Debiéramos saber que el único modo de crecer, no solo en cantidad sino en calidad, es cuidar “todo aquello y a todo aquel” que forma parte de este deporte. “Cuidar” en toda la extensión de la palabra.

Tenemos un enfermo agonizante en el ABC del baloncesto y pocos son los clubes que tienen una estructura mas o menos sólida en la base, en cuanto a entrenadores se refiere, donde se trabaje con cierto criterio. Se debería entender por criterio, formar y enseñar por encima de los resultados, trabajando todos y cada uno de los aspectos del juego, donde el espíritu de equipo y por supuesto la competición, deben tener su espació, pero priorizando en lo esencial.

Para ello hay que tener cierta capacidad de diagnóstico. Conseguir que tu equipo funcione lo más cerca posible del 100% de rendimiento, no es para la formación. En la base hay que inculcar hábitos y conceptos básicos para que puedan algún día jugar arriba. Si el entrenador asume cual es su función en el club donde trabaja y además tiene las directrices correctas desde el mismo para que lleve a cabo ese trabajo en la dirección correcta, siempre será más fácil. Luego el sentido común y la formación en los distintos cursos federativos u oficiales que periódicamente se imparten  sobre la materia, serán un soporte interesante. Aunque los cursos hay que hacerlos y el sentido común, el menos común de los sentidos, hay que usarlo.

Los entendidos en la materia, dicen que un equipo de formación, en edad infantil o cadete, que esté creciendo  por estar trabajando correctamente en los entrenamientos, marcará el indicativo de que, durante toda la temporada verá periódicamente mermado su rendimiento en los partidos, precisamente por la carga de nuevos conceptos  en las sesiones, lo que sin duda resulta lógico. Asimilar correctamente, cuesta lo mismo que saber utilizarlos en la competición.

Basta con pasarse por algunos de los clubes o colegios icono en baloncesto de formación y observar. Luego dedicar un fin de semana a ver algunos partidos de junior para abajo y observar. No solamente lo que pasa en la pista, que ya bastaría, sino lo que pasa en los banquillos, lo que hace el árbitro y el auxiliar de mesa. Observar sin más. Pero con la vara de medir el respeto por el juego, muy alta.

Es complicado ver algunas cosas. Complicado por ver en que se está convirtiendo aquello en lo que llevas tanto tiempo. Aquello que tanto respetas y tanto quieres. Complicado por ver como están subiendo las futuras generaciones, de las que teóricamente se tienen que surtir los equipos de superior categoría. Complicado porque una de las que está ahí abajo es tu hija, o tu hijo y puedes imaginar a que velocidad está progresando y sobretodo lo “bien” que lo pasa.
Ser padre y entrenador no es fácil. Me cuesta mucho ir a ver los partidos que juega mi hija con su equipo, con el “chip” de padre y hacerlo como entrenador resulta un suplicio. Los presidentes, directores y coordinadores deportivos que trabajáis en la base, obligad a vuestros entrenadores, deberíais pensar primero en las “personitas” que tenéis, que tienen entre manos. Estáis formando a jugadores para que lo hagan bien, Ganar tiene que ser la consecuencia del trabajo, no el objetivo.
Un video de 14 minutos, que podría servir. No es la guia perfecta, pero tiene criterio.

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